domingo, 13 de septiembre de 2009

Edmond Jabès

          Los sueños, como los recuerdos, son las playas hacia las cuales remamos para escapar de los mañanas idénticos y de su jactancia inútil; pues los días que no pueden expresarse son grises y fríos. Días mudos cuyos gestos desordenados nos desgarran.
          Tengo la impresión de que me muevo a la sombra de las sílabas, en esas regiones que anteceden a las confidencias, en las que la lengua aún no tiene la posibilidad de responder a la llamada del pensamiento; en esas ciénegas en las que, cada vez que respira, puede uno hundirse en la arena.
       “Hay que aguardar a veces años, decía Reb Tain, hasta que el minuto que nos marcó recobre su voz; entonces, habla sin que ya podamos detener el curso de sus palabras.”

 Edmond Jabès

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