viernes, 2 de noviembre de 2012

Caridad



“ahora que de casi todo, hace ya más de 20 años”
Carl E. Zeta



No ha enviado un mensaje
Arrastras un poco las pies al cansancio
y con el mismo ritmo
cepillas los dientes de la madrugada
que llueve solo iluminada alrededor de las bombillas de la acera

Buscas entre anuncios un vuelo
una oferta de crucero
que prometa un destino inútil

No ha enviado un mail

El café se revuelve
y los deberes de los hijos lo llenan todo de nuevo
Luego el semáforo rojo
el móvil mudo
no hay bocinas que protesten cuando lo que se detiene
es un recuerdo
alguien cruza el paso cebra
se apagan los motores de la ciudad
anida en tu garganta la semilla de un pájaro
y no es el viejo post releído a media noche
otra disculpa
otro chantaje
ni la chica de piernas largas junto a su madre
en la foto antigua de esa playa en Montevideo
tampoco es la razón de los 44 -aunque debería-

Es una gota de estaño que se derrite dentro
debajo del pulmón,
ahí junto al angioma que revela
la radiografía que llevas en el maletín

Es la ultima ficha que mueve aquél
chaval que eras hace ya más de 20 años
y que ha vuelto buscando le tires una moneda

Pero la luz se ha vuelto verde
y ya son casi las ocho y media.

sábado, 20 de octubre de 2012

El Encuentro

                                                              A Rafael Alberti



Diré un día: bienvenido
a la casa. Ésta es tu lumbre.

Bebe en tu copa tu vino,

mira el cielo, parte el pan.

Cuánto has tardado. Anduviste

bajo las constelaciones

del Sur, navegaste ríos

de son diferente. Cuánto

duró tu viaje. Te noto

cansado. No me preguntes.

Da de comer a tus perros,

oye la canción del álamo.

No me preguntes por nada,

no me preguntes.




                         Si hablase,

llorarías. Si enfrentases

tus espectros al espejo,

seguro que no verías

imágenes reflejadas.

Lo vivo lejano ha muerto:

lo mató el tiempo. Tú sólo

puedes enterrarlo. Dale

tierra mañana, después

de descansar. Bienvenido

a tu casa. No preguntes

nada. Mañana hablaremos.







                           José Hierro



martes, 18 de septiembre de 2012

Espesura



Me fui yendo
Adelantando un poco
Y otro poco
Pensando cada vez que era el último trecho
Que ahora ya volvería
Me fui alejando sin sentir
De donde estaban todos
No sé por qué ni adónde
Ni menos todavía para qué
Me fui yendo sin saber sin ganas
Lento inconstante bobo
Nada tenía que buscar allá
ni allá ni en sitio alguno (tal vez por eso)
Me fui viendo perdido
Incongruente en medio de lo extraño
Ya no se oía o se veía a nadie
Comprendí de repente que era ya inencontrable
Sollocé que el camino regresara
Pero el camino por el que he venido
No era como un camino
Era como una historia
No hay regreso
El rumbo que he perdido
No era el rumbo del mundo
Era el mundo.


                              Tomás Segovia