“El viento sopla fuerte
entre los pinos
hacia el comienzo de un pasado sin fin;
escucha:
ya has oído todo”
Poema Zen
IMÁGENES
Las imágenes se suceden a sí mismas
despidiendo la posibilidad de un principado.
Irrepetible territorio que sólo permanece
falseado en su propia reconstrucción.
Ahí esperan una señal, un roce de caminos,
un hacha, un color.
Olvidado su origen no tienen figura que las recoja;
de ahí su herida y su eternidad.
PALA DE AGUA
Pala de agua
con que se cava
la fosa
sepulcro del viaje
Un remo roto
ya no empuja
a nadie
flota con su promesa
a la deriva
del río que ha olvidado
el mar al que conduce.
EL POLVO
Con diminuto pulso propio
florece el polvo
flota
atravesado por la luz
que lo sostiene
punto a punto
sin desertores
danza la armonía
de su conjunto
cada giro roza
crece
nuevas vías
avanza
arcos
bordes
eleva
cristales de serpiente
retrocede
levanta el silencio de un latido
mientras nubla su ritmo
después
cadente de sí mismo
resbala
suave
sin tocar nada
sombra táctil
que vuelve -casi quieto-
a tender su espera
sobre el próximo
golpecillo de aliento.
LA TARDE
La tarde improvisa un relámpago
y lo ahoga para evitar sobresaltos
El aire busca a tientas
por cualquier lado
y no quiere
o no atreve
un engaño
Lo que hay fuera en la ventana no es más que otro cuadrado colgado
Las paredes se humedecen
Se estremece el gato
El olor de tu retrato blande en una percha
al fondo del armario
El bolígrafo suplica
su correspondencia
al frío y descubre
que de pronto está temblando
El domingo inventa un nuevo hastío
y nadie va a abrir
a la lluvia
que llama
obstinada
en el tejado.
LA GOTA DE AGUA
Gota a gota
sobre la loza
cae de nuevo
haciendo eco
en el silencio
La gota
de frío aliento
La gota que cava
paciente un agujero
Esa
y no otra
Cómplice lasciva
Gemela del sueño
La gota que ríe
la gota que antorcha
la gota que escarcha
la gota que insomnia
La gota minuto
la gota que clava
la que subraya
interminablemente
intermitente
La gota que rasca
que muerde
que arpa
La que se pierde en cada arribo
y se descubre en el siguiente
Esa
y no otra
La gota vuelta de faro
La gota destello
que registra hasta el último resquicio
de párpados cerrados.
LA CAMPANA
Altar tambor
Altar hoja de lata
Zumbido en hielo
desde la torre más alta
Se expande
extinguiendo
el círculo de su llamado
Transita reflejos de plegarias
en coordinada súplica
y anuda
-una a una-
del pueblo entero
las infamias
Impasible campana
Hila y lustra
el silencio
de todo lo que toca
cuando pasa.
EL GRITO
Hay un grito a punto
de comenzar su diario
una mano a punto
de la electricidad
a punto una máscara
de saltar sobre las vías
un lirio
a su libélula
a punto de devorar.
Y la vida se nos viene encima como una lluvia de colores en trocitos de papel
sin ninguna coherencia donde encajar las manos.
EL LABERINTO
A veces amanece cuando no debe
Tirita un encuentro en las yemas de los ojos
Camino con pies cristales galería de ángulos redondos
y abre un laberinto su abanico de pánico
Del holocausto a la flauta un silencio
un fragmento
La condición lineal del cuerpo torcida a varios planos
impares camino de
mordemos pies ajenos para encontrarnos
galería de ángulos redondos
besamos corredores donde hemos quemado un escenario
Un vaso de vino metido en la garganta ahoga al mundo
Duelos de marfil De mástiles de luz
desatan burbujas timones en tránsito
Sucede
Cuando te has cansado de apretar los párpados
contra el grito de una lluvia que falta
Nunca hay camino pies cristales
suficiente o recorrido subterráneo vínculo del alba
No basta la galería de los sentidos cuando el hielo
es una astilla demasiado aguda
y el vaho de un respiro es una puerta en medio
de un patio al que sobran
las esquinas
El oscuro enhebra dosis de espanto eleva andenes desollados
desgaja rincones ficciona tramas de ladrido
sombra
muecas de lata.
Las palabras centellan
levantan la mano
y ninguna sabe si busca la salida
o espera irremediable un Minotauro.